Entre mis clientas de mediana edad es frecuente la preocupación por la pérdida de la memoria. Suelen preguntar si está asociada a la menopausia y si hay algo que puedan hacer para recuperarla y no sentir que se están quedando amnésicas o envejeciendo prematuramente. Sin duda es un problema de la sociedad actual ya que enfermedades como el alzheimer, parkinson y demencia senil prematura están a la orden del día y cada vez más cercanas en nuestro círculo. Nadie quiere ir por allí y perderse y no recordar a dónde iba, o no saber que hizo hace 2 horas, o dónde dejó las llaves o preguntarse qué vino a buscar a la cocina y regresar sin nada por que no se acordó.

Por mucho tiempo hemos creído que a partir de los 40 años nuestras neuronas comienzan a envejecer y morir dejando desprotegido al cerebro, expuesto a terribles e irreversibles enfermedades. El panorama era un cerebro vacío de memorias, rígido e incapaz de aprender. Sin embargo, los estudios actuales ha demostrado que las neuronas no se van muriendo a medida que avanzamos en edad. Las neuronas son las células más resistentes del organismo sin duda por la enorme responsabilidad que llevan en la conducción del estímulo nervioso, el mantenimiento de la funcionalidad del cerebro y por ende de la vida útil de la persona. Las neuronas no mueren per se, pero si disminuyen su volumen y las conexiones entre ellas, dependiendo de una serie de factores que nosotros sí podemos controlar, de manera de asegurarnos estar lúcidos y productivos hasta el final de nuestros días.

Nacen nuevas neuronas toda la vida, sobre todo las del cerebro dedicadas al aprendizaje y memoria pero hay que estimularlas y alimentarlas correctamente. El envejecimiento del cerebro comienza a los 30 años pero hay mucho que podemos hacer para nutrirlo y ejercitarlo, retardando el envejecimiento y logrando su funcionalidad hasta que terminemos nuestro paso por la tierra.

Lo que podemos hacer para mantener activa nuestra memoria

Hidratación: El cerebro es 80% agua y el impulso nervioso, que nos permite pensar, recordar, aprender necesita de la energía hídrica. Tomar agua nos asegura una muy buen transmisión del impulso nervioso y eso es lo que queremos. Bebe agua !!!

Hacer ejercicio regularmente: Los ejercicios aeróbicos nos oxigenan, aumentando la plasticidad cerebral. El oxígeno potencia la sinapsis o intercambio entre las neuronas que es la clave del aprendizaje y la memoria. Con buena oxigenación aumenta la concentración y la memoria, mejora el humor, nos sentiremos con paz fisiológica con sensación de estar livianos, flotando, fluyendo.

Comer frutas de temporada: están cargadas de minerales, vitaminas y oligoelementos indispensables para nutrir al cerebro y asegurarnos un funcionamiento óptimo. No dejes de agregar fresas, limones, pomelos, granadas, moras y arándanos a tu dieta.

Vegetales de hoja verde: ricos en clorofila, minerales y vitaminas contribuyen al transporte del oxígeno en la sangre. Agregalos a tu dieta: acelgas, espinacas, kale, perejil, repollo, celery, etc.

Aumentar el consumo de omega 3: Los ácidos grasos son indispensables para la salud cerebral. Alimentan y  desinflaman al cerebro. Con el cerebro inflamado se dificulta la circulación y por ende el suministro de oxígeno a las neuronas.

Conseguimos omega 3 en:  algas, pescados y mariscos, nueces, almendras, semillas de  sésamo, chía, linaza, girasol, calabaza y aceites extraídos en frío: oliva, coco, aguacate.

Necesitamos hierro: Los glóbulos rojos que conducen el oxígeno necesitan hierro para poder hacer esta función. Una persona sin suficiente hierro, tiene menos oxígeno en su cerebro y su pensamiento será borroso. Para aumentar el hierro de nuestro sistema, además de consumir alimentos ricos en hierro es muy importante tener salud intestinal para que haya una buen absorción de nutrientes.

Ejercitar tu cerebro todos los días: la práctica de actividades mentalmente estimulantes y retadoras, ayudan a mantener el cerebro activo, facilitando la creación de nuevas neuronas (neurogénesis) y conexiones. Por ejemplo, aprender un idioma, aprender a tocar un instrumento, jugar ajedrez, usar la computadora, resolver crucigramas o sudoku, aprender a cantar etc. Cualquier actividad nueva que plantee un reto, pondrá a tus neuronas en el gimnasio.

Factor R – Relacionate: La relaciones sociales, los afectos, la camaradería contribuyen a la salud cerebral, nos hace segregar neurotransmisores como la serotonina y melatonina que  mantiene a nuestra glándula pineal activada. Cultiva la amistad, comparte, llama, reúnete, ríete y apoya a tus amigos de siempre, es una medicina.

Liberar el estrés crónico: porque mantiene a las glándulas suprarrenales produciendo la hormona cortisol que afecta negativamente a nuestro cerebro cuando aumenta su concentración en la sangre. Lo mejor es hacer actividades que nos liberen del estrés y nos oxigene como practicar algún deporte, caminar, meditar, hacer yoga, etc.

No fumes: La nicotina tiene una influencia negativa sobre la memoria. Atrofia y conlleva a la muerte neuronal, produce estrés oxidativo de las proteínas del cerebro causando infartos cerebrales y daños irreversibles a mediano y largo plazo.

Dormir profundamente de 7-8 horas: es indispensable para una buena salud cerebral. El descanso profundo es reparador, le permite al cerebro borrar información innecesaria, repara tejidos dañados y reafirmar lo aprendido. Durante las diferentes fases del sueño, se consolidan nuestros recuerdos. Para mantener una adecuada higiene del sueño lo mejor es seguir una rutina. Intenta acostarte y levantarte siempre a la misma hora. Mejor entre las 10 pm y las 6 am.  Procurar un descanso reparador para que puedas amanecer rejuvenecido y lleno de ideas brillantes en el cerebro, pasa por hacer una cena temprana con alimentos naturales y bien combinados para una digestión ligera que termine antes de irnos a la cama. Si cenas tarde, el estómago, el cerebro y el corazón siguen trabajando aunque estés dormido y esto impide que el hígado pueda liberarte de las toxinas. Estas toxinas afectan a tu cerebro, no lo olvides!!!

Desarrolle alguna actividad que te guste: bailar, cantar, escribir un libro, tejer, sembrar plantas, pintar, bordar, cocinar etc esto mantiene activo el cerebro y fortalece  la memoria. No te quedes sentado viendo la TV sin hacer uso de tus neuronas. La edad no es un impedimento para aprender, para divertirse o para desarrollar un proyecto que te apasione y te haga feliz.

En conclusión, un olvido no implica problemas de memoria, las repeticiones del olvido hay que observarlas. No todos los problemas de memoria  son precursores de la enfermedad de alzheimer pero mantente atento y piensa en visitar a  un especialista.

Los efectos del Deterioro Cognitivo  y la Demencia pueden reducirse o prevenirse, mediante una buena alimentación, ejercicio físico, descanso adecuado, socialización y estimulación cognitiva.

Si quieres saber las bases de una alimentación regenerativa que te asegure un óptimo funcionamiento de tu cerebro y la implementación de hábitos saludables para que tengas bienestar total a lo largo de toda tu vida te puede interesar el programa Body Reset de 5 semanas.

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